Zelda Lágrimas del Reino, un Momento de la Historia que Podría Ser una Oportunidad Perdida en el Futuro

Zelda Lágrimas del Reino Una Oportunidad Perdida en el Futuro

Aunque ha habido muchos títulos aclamados tanto por la crítica como comercialmente en la franquicia de The Legend of Zelda, es difícil pensar que Tears of the Kingdom no sea un logro monumental de Nintendo. Su hermoso mundo abierto, jugabilidad refinada e infinito potencial para ideas creativas lo convierten en uno de los mejores juegos de Switch, y probablemente resistirá el paso del tiempo en los años y décadas por venir.

Aunque la Piedra Sheikah es el catalizador de las herramientas y habilidades en Breath of the Wild, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom toma un enfoque diferente al hacer que Link se fusione con el brazo de Rauru para otorgarle las habilidades de un Zonai. Es una gran inclusión, tanto mecánica como narrativamente, pero la decisión final de quitarle el brazo a Link se siente como un paso en falso, ya que tenía mucho potencial en futuras entregas.

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Link sacrifica sus nuevos poderes

Uno de los componentes narrativos clave de la sorprendentemente buena historia de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es el nuevo brazo de Link, otorgado por Rauru, el primer rey de Hyrule y líder de los Zonai. Esto le da al protagonista acceso a habilidades como Fuse, Ascend y Ultrahand, que facilitan mucho la exploración del mundo y superar sus obstáculos. Sin embargo, al final de Tears of the Kingdom, el brazo de Link es restaurado y los personajes aparentemente se alejan hacia el atardecer en preparación para otra aventura inevitable.

No fue sorprendente, ya que la mayoría de los juegos de Zelda no están estrechamente conectados, lo que significa que es más limpio que Link devuelva estos poderes para que pueda ser reconstruido con otras ideas en futuras entregas. La serie es conocida por su innovación y por no quedarse mucho tiempo con un estilo o formato en particular, pero con Zelda adoptando aparentemente una filosofía más abierta en el futuro, tendría mucho sentido que las habilidades, o incluso algunas nuevas, regresaran. Viajar por Hyrule sin ellas se sentiría como una gran restricción ahora que los jugadores han probado la libertad que brindan.

La mano de Rauru otorgó infinitas posibilidades

Las habilidades que se otorgan a Link al comienzo de Tears of the Kingdom son inmensamente útiles, pero en su mayoría son complementarias para facilitar el desplazamiento y la exploración. Esto las convierte en más una necesidad que un lujo, y las evoluciones posteriores de esta obra maestra de 2023 deben incluirlas o encontrar una manera de reemplazarlas. El brazo de Rauru también podría ser un medio viable para introducir diferentes habilidades que estén en línea con el entorno del próximo título, otorgándole a Link más poder que su conjunto convencional de espada y escudo. Ha tenido el mismo conjunto de habilidades desde el primer juego en 1986, y a medida que la franquicia toma una nueva dirección, podría ser el mejor momento para expandir lo que Link puede hacer.

La mano de Rauru también ayuda mucho a conectar a los jugadores con la historia de Hyrule, por densa que sea. Diferentes encarnaciones de Link están dispersas por el pasado legendario de la tierra, pero ninguna ha estado tan arraigada en la herencia como Rauru. En lugar de que el héroe devuelva el brazo al final de Tears of the Kingdom, podría haber sido un plan divertido y progresivo que lo mantuviera por un tiempo e integrarlo en su personaje. Al igual que Nero en Devil May Cry, un brazo celestial es un rasgo interesante y puede ofrecer tantos beneficios de juego para mantener a The Legend of Zelda fresco durante muchos años.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom está disponible para Nintendo Switch.

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